Mi marcha con César de Marco E. López-Quezada

Las cautivadoras memorias de Marco E. López Quezada nos llevan a un viaje entre muchos puntos de su vida. Tenemos un sentido más amplio de las conexiones y el movimiento entre el suroeste de Estados Unidos y el norte y centro de México cuando las personas de conciencia estaban despertando por completo y formulando estrategias para hacer frente a la desigualdad racial y la represión. El país había atravesado una importante guerra mundial seguida de cerca por otro conflicto en el Pacífico. Al mismo tiempo, aquí en casa, nuestro país se estaba preparando para una lucha sustancial en torno a las desigualdades raciales y la injusticia social. Este libro analiza la vida y la formación de un niño mexicano-estadounidense que se convierte en un hombre durante estos tiempos inquietantes pero emocionantes en la historia de nuestro país. Lo que hace que este libro sea una lectura excelente es una clara yuxtaposición entre lo antiguo y lo nuevo. Un mundo en curso de colisión entre un gran número de personas que desean un cambio y quienes, que se benefician de la forma en que están las cosas, quieren mantenerlo igual. López Quezada nace en una familia inmersa en los valores tradicionales de trabajo duro, compromiso y fuertes creencias religiosas, que ha tenido esos valores cercanos y queridos, y al mismo tiempo vive en una configuración no tradicional. Mientras crecía en un hogar católico tradicional, que incluía una estricta educación católica, López Quezada fue criado por un padre soltero, lo que se consideraba poco convencional. Su madre, una mujer de negocios inteligente y brillante, también inicia su propio negocio de gran éxito. Una mujer mexicoamericana que dirigía su propio negocio también era prácticamente desconocida en ese momento. Esta madre fuerte e independiente exigió de sus hijos lo que ella exigía de sí misma, trabajo duro, dignidad, buena educación y ser miembros involucrados de la comunidad. Cuando el mundo estaba cambiando a una velocidad vertiginosa, cuando una persona podía elegir seguir tantos caminos distintos, López Quezada eligió uno que era tradicional e incorporaba los valores de su familia, pero no era fácil. Esta decisión lo puso al frente y al centro en un mundo que exigía más que el status quo. Uno que decía, ¡Ya Basta! O, ya es suficiente, con las injusticias y desigualdades. Esta elección lo pondría en peligro y conflictos y lo vincularía con uno de los líderes de derechos civiles más carismáticos de nuestros tiempos históricos modernos.